lunes, 31 de agosto de 2009

Adiós

Sin suponerlo, te dije “Hasta luego” pero fue un “Adiós”,
El beso mas amargo y un abrazo vacío, “Adiós”
Me pregunte cuando volvería a verte, “Nunca”, mi alma palpito.
Te espere, sin dormir, ahogándome en angustia, pero no.
Te fuiste mudo, como el alba, te hiciste uno en el recuerdo.
Y hacia el olvido me arrojaste, “Adiós”

Intente por un tiempo saber por qué, pero la respuesta fue simple
Sin siquiera dirigirme la palabra, lo dijiste, “No te quiero”
Tu forma de actuar me lo explicó, “No me importas”
La indiferencia con la que me trataste, “Te use”
El misterio en tu mirada, confirmo, “Ya alguien mas ocupa tu lugar”

Y aunque lo niegue, algo de ti se ha gestado en mí,
Dejaste tu perfume impreso en mi cama.
Tus huellas en mi piel… Lastiman el alma.
Ya nada se de ti, ya nunca lo haré,
Debo comprender, que así fue nuestro pacto,
Pero rompí las reglas y me enamore.

Sabio quien escribió nuestra historia,
Con el tiempo sabre comprender la moraleja,
Taciturnos mis ojos hacia el firmamento
Buscan aun, la respuesta a este silencio
Perdido en el tiempo, tintado de grises.

“Adiós”, se hace eco en una nostalgia inmensa,
Que no abandona este recinto
No deja de mutilar mi cuerpo,
“Hasta nunca” para quebrantar en mil pedazos
Los restos de mí, que nada eran, hoy aun menos.

¡Aléjate! te lo ruego estando tu a mil kilómetros de mi,
Vete con quien sea, pero déjame, líbrame de ti.
Me levantaste al encontrarme agónica
Solo para hacer jirones los jirones de mí.
Detente, estoy muriendo y siquiera te importa
Al menos, ni un poco te conmueve verme así,
Desangrar la herida que has reabierto.

Nada, allí, con templanza de acero
No me observas, no existo,
Ya no soy, yo sino en ti
Y como si fuera tuyo el tiempo lo dominas con arte
Me suprimes de todo acto conciente
Me arrebatas hacia ti, solo en ti,
¡ADIOS! He dicho y buena suerte…

Abajo el telón, de espaldas a la muerte,
Camino sin sendero aparente y me dejo con la brisa llevar
Me elevo sin peso, la calma es abismo
Pero vuelves al torrente de mi sangre
Como parasito que no abandona la cuna
Me quemas, retuerces, me embrujas
Y dices, como en un susurro de ensueño… “Adiós”
… "Hasta siempre"